Fue un perro venerado por los monges budistas chinos, ya que tiene una similitud con un león guardián chino el cual es un símbolo importante para los budistas, estos solían tener sirvientes humanos y solamente personas de la realeza podían tener perros de esta raza.
Durante una guerra en 1860 unas tropas incendiaron el Palacio de Verano de Pekín después de la huida de un emperador chino, pero antes de incendiarlo rescataron a 5 perros pequinés, estos perros fueron llevados a Inglaterra como un regalo para la realeza, uno de ellos incluso llego a las manos de la Reina Victoria.
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